El mirto que os presento fue recuperado dos años
antes por el amigo Sebastián Luque, y como podemos apreciar brotó
estupendamente. Sus hojas son muy pequeñas, y presenta una base ancha la cual se
abre en dos troncos, estilo que se decidió para este bonito arrayan.
En primer lugar fue limpiar y podar todas las ramas
que no pensábamos utilizar para el diseño, aunque se dejó algunas ramas demás
para que la planta no bajara su vigor, y que serán eliminadas en un futuro.
En los mirtos, al igual que otras especies
mediterráneas, es muy normal la presencia de madera muerta en sus bases y
troncos, algo de lo que carecía nuestro individuo.
Con herramienta eléctrica trabajé sus bases y parte
baja de sus troncos, intentando hacer un shari lo más natural posible.
Se alambró todas sus ramas principales y ramitas
secundarias, algo que llevó su tiempo. Utilizamos alambre de aluminio, ya que
las ramas de los mirtos son muy flexibles y por lo tanto fáciles de posicionar.
Mientras trabajaba la planta desprendía
un perfume peculiar y muy agradable, por eso que los árabes les llaman a esta
especie “al rayhan” que significa el aromático.
Poco a poco se dio forma a las ramas, intentando que tuviesen movimiento en los
cuatro sentidos del espacio, ( arriba, abajo, derecha e izquierda ) algo que da
mucha naturalidad al conjunto. El resultado final fue bastante bueno, ahora
solo queda ir mejorándolo año a año.
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