El Olmo del siguiente artículo fue adquirido en Abril de 1989, por esos años el mundo del Bonsai era una moda en auge y cualquier pieza costaba una fortuna, además de la dificultad de encontrar material del que denominamos de "calidad."
En Noviembre de 1990 el tronco principal, al llegar a la mitad del árbol, se tuerce hacia el lado derecho, provocando que la copa por el lado izquierdo tenga las ramas más largas que el lado contrario, este error quedaba disimulado cuando nuestro individuo estaba vestido en primavera y verano con sus bellas hojas cubriendo además, el grosor del tronco, el cual es prácticamente del mismo porte desde su base hasta el ápice.
Otro problema añadido era su "nebari", siendo éste un gran cúmulo de raíces todas enredadas y con muy pocas raíces laterales. Así nunca sería un olmo en estilo escoba, formación típica en esta especie, ya que cuando se quedase desnudo se verían todos sus defectos. Como podéis observar no fue una adquisición demasiado buena y da muestra del conocimiento sobre el tema que tenía el propietario en ese momento, quedándome como único consuelo que no me costó demasiado dinero.
A finales de Enero de 1991 y tras meditarlo mucho, me decidí a intentar corregir los "defectos" anteriormente mencionados. Como muestra la foto nº 1, corté el tronco principal por el lugar donde comenzaba la inclinación, provocando una gran herida, que se recubrió con pasta selladora para protegerla, e intentando no dañar ninguna de las ramas laterales, las cuáles formarían la futura copa y además me ayudarían a cicatrizar el gran corte.
También alambré y podé todas sus ramas para colocarlas en forma radial.
Como se puede ver el olmo tiene pequeñas hojas, por lo que se puede deducir que vivo en una zona cálida junto al Mediterráneo, lo que provoca que algunos árboles de hoja caduca no lleguen a tirar totalmente sus hojas, y si además somos aficionados de "terraza", el asunto se complica aún más.
Al mes siguiente, Febrero de 1991 (foto nº2), lo trasplanté a un tiesto más bajo pero de mayor diámetro, usando una mezcla con un gran porcentaje de arena de río bastante gruesa, además de arcilla japonesa sin polvo y una pequeña cantidad de sustrato para mantener un poco la humedad. Podé todas las raíces innecesarias intentando dejarle un grupo de las mismas para formar un buen nebari. Hasta ahora todo iba sobre ruedas, todos los posibles defectos se iban subsanando y sólo quedaba esperar según mis cálculos, unos cuatro o tal vez cinco años, para poder ver los resultados que me imaginaba.
En la foto nº3 podemos observar el volumen de la copa, que se dejó crecer libremente durante varios años, para que las ramas engordaran los suficiente en su primer tercio, y a la vez se cerrara la gran herida. Se abonó durante este tiempo generosamente, pero siempre utilicé abono orgánico.
El nebari también había engordado un poco e iba mejorando, incluso empezaron a salirle rugosidades en la zona baja del tronco, lo cual me indicaba que los trasplantes y trabajos efectuados en las raíces cada dos años eran los correctos. Tras la última poda y trasplante dada en los meses de Enero y Febrero de 1996 respectivamente, el olmo sufrió un gran parón, incluso corrió el peligro de morir. Toda la parte del posible frente se secó. Pienso que posiblemente fuese a consecuencia de eliminar una raíz bastante gruesa, la cual estaba alimentando esa zona.
En Enero de 1998 (foto nº4) se puede apreciar esa zona mencionada anteriormente, además de como quedó tras la poda de formación de ramas, para conseguir el segundo grosor. De ahora en adelante toda la poda y pinzado iría dirigida para conseguir el tercer y cuarto grosor de ramas.
Para ello también debería trasplantar el árbol con una mezcla adecuada para lograr esa ramificación fina imprescindible en el estilo escoba.
A mediados de Marzo de ese mismo año lo trasplanté a un tiesto ovalado y en color azul, más acorde con el árbol, usando esta vez una mezcla compuesta por arena de río relativamente fina y akadama de grano fino también, no añadiendo otra cosa.
En la foto nº5 tomada en la primavera del 2000 vemos como la copa va ramificando y cogiendo densidad; la herida está prácticamente cerrada y la zona que se secó en la parte delantera le da un toque de vejez muy natural.
Ya en Enero de 2001 (foto nº6) podemos apreciar la herida totalmente cerrada, y el trabajo de pinzado de ramas y brotes durante toda la primavera y verano han ayudado a formar la copa. Sus hojas también son de un tamaño bastante pequeño.
En la última foto tomada en Septiembre del 2001 vemos el árbol prácticamente formado (foto nº7).
Con este artículo lo que quiero es romper una lanza a favor de las especies caducifolias, ya que a diferencia de las especies perennes, los resultados tardan más tiempo en llegar.
En estos 12 años junto a mi olmo hemos envejecido él y yo, él ha ganado salud y belleza, yo mucha experiencia.
Así está el olmo en la actualidad.
24 años después de su adquisición luce en todo su esplendor
y nos deleita con su elegancia, armonía y belleza.
Por eso tu eres el maestro y nosotros aprendices, por trabajos como este .
ResponderEliminarGracias por compartirlo.