En este articulo la escuela internacional Bonsai Time con
sede en Nole (Torino) y Benalmádena (Málaga) quiere presentarles un trabajo
sobre un tejo bacatta procedente del sur de Italia, el cuál fue recuperado de
la naturaleza en la primavera de 1997 y se cultivó durante cuatro años antes de
hacerle ningún trabajo. Recordamos que
antes de trabajar un árbol debemos asegurarnos que esté fuerte y vigoroso, para
que soporte con
la máxima garantía los trabajos de modelado que imponga el
nuevo diseño. En el año 2001 se trasplantó a tiesto de bonsái y se le hizo un
primer modelado, manteniéndose, sólo con podas y pinzados, con un buen vigor y
salud hasta marzo de 2009, pero su
estructura de ramas y su madera muerta se había deteriorado bastante, por lo
cuál decidimos aplicarle una reforma
para encontrar el alma a este bello material. En el momento del trabajo las
medidas eran de 46 cm. de alto, 51 cm. de ancho y con una profundidad de 53cm.
Lo primero que decidimos fue cambiarle el frente, girándolo hacia la izquierda, esto daría una mejor visión de la zona de madera muerta que tiene escondida en el lado derecho y, además, la vena viva destacará, aún más, entre las dos zonas de madera muerta. También se cortó la rama delantera más baja por dos razones. Una por su nacimiento tan recto hacia abajo y otra porque ocultaba la zona del tronco que precisamente queríamos destacar con su nuevo frente. También se cortó la rama que se cruzaba por delante del tronco y tapaba parte del nebari. Una vez despejado de esas dos ramas procedimos a la limpieza de madera con la pistola de agua a presión. Con esta técnica de limpieza hemos resaltado todos los detalles de esa bella madera que posee. Aparecieron oquedades, grietas y zonas que nos recuerdan las vicisitudes que este bonsái ha tenido que superar .También aparece destacado el borde de la vena viva y es increíble.
Continuamos nuestro trabajo. Se alambraron todas las ramas y
se cortaron las que no eran necesarias para el diseño. Una vez acabado el
alambrado fuimos posicionando ramas y ramitas, cada una en su lugar para formar
una bella copa. Tuvimos que servirnos de
algunos tirantes para posicionar en el lugar correcto parte del verde.
El siguiente paso era trasplantar y ver el estado de las raíces. Elegimos un
tiesto redondo yamaaki de color diferente al rojo de la vena viva, precisamente
para acentuar, aún más, esa zona que queremos que
se convierta en el centro focal del bonsái. Limpiamos con extremo cuidado las
raíces, quitándole un 20% aproximadamente, ya que gozaban de buena salud, pero
nos encontramos con un nuevo problema: una raíz gruesa en el fondo, algo típico
en los bonsáis recuperados. La rebajamos y posicionamos el tejo en su nuevo
tiesto. Después de darle blanqueador a la madera y plantarle el musgo lo
colocamos en el tokonoma para tomar la última decisión:
Cortar la rama derecha, por varios motivos: por su nacimiento recto
hacia abajo, porque se cruzaba con la rama trasera restándole importancia y,
además , porque el diseño ganaría en asimetría.Una vez cortada la rama, dimos por finalizado el trabajo. Ahora tendremos que cuidarlo para que tenga una buena recuperación y adquiera la belleza de los tejos centenarios.
Trabajo realizado por Giorgio Castagneri y Miguel Angel
González
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